Tópicos y realidades del sector en Euskadi
La realidad del sector forestal-madera en Euskadi dista mucho de ser la que muchas personas tienen hoy en día en mente. El sector reconoce que no ha sabido contrarrestar en muchas ocasiones los mitos y leyendas que se han ido formando sobre la actividad principalmente por personas alejadas de los entornos rurales que si que entienden y conocen mejor la importancia de la silvicultura.
Estos son algunos de los mitos y leyendas que el sector quiere confrontar con la realidad.
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¿Las coníferas como el Pino Radiata han destruido el bosque autóctono de Euskadi?
Esta afirmación no es correcta. Las frondosas autóctonas habían reducido gravemente su extensión varios siglos antes, debido principalmente a la construcción naval, actividad carbonera para ferrerías, etc. En la actualidad hay tanta masa de especies autóctonas como antes de la actividad repobladora de la 2ª mitad del siglo XX. El bosque de robles y hayas ya se veía amenazado desde la edad media tiempo en el que se establecieron los primeros instrumentos de protección.
Los pinos se plantaron principalmente en helechales, pastizales y zonas adehesadas que entonces se utilizaban principalmente para la cría de ganado.
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Antes había más bosques que ahora
A principios del siglo XX se calcula que había solamente un 20% de superficie arbolada en Euskadi. Hoy, el 26% de la CAE es bosque natural y el 55% está arbolado. Los actuales ratio de superficie arbolada son muy importantes.
En los últimos 40 años se ha duplicado la cantidad de madera que contienen nuestras masas arboladas y se ha aumentado su superficie de inventario en inventario.
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Las plantaciones de pinos y sobre todo de eucaliptos empobrecen el suelo y secan los manantiales
Cada especie forestal llega a un equilibrio diferente con el suelo y la calidad del mismo depende más de las prácticas forestales inadecuadas que de las especies. Tampoco se puede achacar a una especie un efecto sobre los manantiales y acuíferos ya que todos los vegetales, autóctonos y exóticos, consumen agua a pocos metros de profundidad; pero hay que poner en contexto y ver su mayor grado de absorción de agua sobre el agua total que hay en un terreno.
Los que tienen una fisiología más activa y mayor crecimiento, consumirán más agua, pero también transpiran más, generando más lluvias y condiciones de humedad. En los periodos de sequía, baja la actividad vegetativa, reduciéndose la absorción en épocas de menos disponibilidad de agua.
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Las especies no autóctonas no se deberían plantar
Casi todas las especies hortícolas no son autóctonas. El castaño, nogal y otras especies forestales que las tenemos como nuestras, no son originarias de aquí. El propietario elige una especie en función de su adaptación a su terreno, crecimiento y mercado de su madera. los bosques y los montes no son solamente ecosistemas naturales sino que también son culturales como resultado de un proceso evolutivo de tipo biocultural mediante interacciones ancestrales con las comunidades locales.
En el País Vasco especies como el Pino Radiata se han convertido en la base de la industria transformadora generando riqueza para los propietarios forestales y para toda la cadena de valor del sector. Además es la base de la bieconomía forestal sostenible que busca encontrar materiales que puedan sustituir a los derivados del petróleo.
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Es mejor que los montes crezcan solos, sin gestión
La gestión de los montes es indispensable para su mantenimiento: previene incendios y plagas y mantiene el cuidado medioambiental. Sobre todo, nuestros montes que han sido gestionados y cultivados en miles de años. Una gestión sostenible es la que permite la conservación o mejora de los recursos ambientales, sociales y económicos. El abandono significa eliminar muchos recursos para el desarrollo rural, fijación de la población y economía en entornos en regresión, eliminación de fuentes de materias primas renovables y sostenibles.
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Los montes en Euskadi son propiedad de grandes terratenientes
Hay más de 20.000 propietarios en la CAE. Media de 5 ha/propietario. Los caseríos de Euskadi necesitaban terrenos para la agricultura, la ganadería y forestal para poder sobrevivir, por lo que prácticamente no hay caseríos sin montes de su pertenencia. La actividad forestal-madera realiza una labor importante a favor del desarrollo rural y en la lucha contra el cambio climático. Aunque la rentabilidad de las plantaciones forestales se ha ido reduciendo en los últimos años, debido al aumento de los costes y la reducción de los precios de la madera, la actividad forestal sigue siendo parte importante de las rentas del mundo rural vasco.
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La producción forestal es incompatible con la conservación de los recursos naturales
La gestión debe ser sostenible en sus tres funciones: social, ambiental y económica. Si falla alguna de ellas, no se puede considerar una gestión sostenible. Las certificaciones PEFC y FSC fomentan un uso responsable de los bosques de tal manera que mantenga su biodiversidad, productividad y capacidad de regeneración, así como sus funciones económicas, ecológicas y sociales.
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La madera es un material de baja calidad y obsoleto
La madera es un material renovable, ecológico, cálido, duradero, seguro y versátil. Es más estética, es un elemento orgánico y su contacto es cercano y agradable: por su condición de material noble, se adapta a todo tipo de contextos, se integra naturalmente en el paisaje, combina armónicamente con otros materiales como la piedra, el acero o el vidrio. En la vivienda, un entorno de madera embellece, relaja y humaniza el ambiente del hogar.
La madera es muy moldeable y adaptable para el arquitecto: un edificio de madera representa en torno a una quinta parte de lo que pesa un edificio de ladrillo y cemento, su cimentación es mucho más sencilla, y es adaptable a todo tipo de terrenos y situaciones: suelos húmedos, accidentados, pendientes, e incluso zonas de riesgo sísmico. Permite construcciones de línea sorprendente y original, así como una aplicación armoniosa de las curvas.
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El mantenimiento de la madera es pesado y caro
Si se encuentra bien ejecutado, el mantenimiento de la madera no es especialmente costoso: cualquier construcción, sea del material que sea, requiere mantenimiento periódico, que no tiene por qué ser más frecuente en el caso de la madera. En interiores, los cuidados necesarios son extremadamente sencillos y casi permanentes, mientras que en el exterior existen desde maderas macizas que no necesitan ningún mantenimiento, hasta las diferentes variedades de pinturas y barnices, que requieren atención en periodos que van desde los cinco a los 10 años.
Con un diseño adecuado y utilización profesional de la madera, las construcciones de madera duran muchos siglos en uso.
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El sector forestal-madera vasco no genera riqueza
Los ingresos estimados a las Administraciones Públicas como consecuencia del desarrollo de esta actividad suponen más de 309 millones de euros. Los impactos sobre empleo son también importantes, 13.000 puestos de trabajo directos y otros 7.000 inducidos. Lo que representa algo más del 2% del empleo de la CAE.
Apostar por la madera de Euskadi es apostar por la riqueza y el empleo. El tejido empresarial de la madera está dominado por la pequeña empresa, en Euskadi casi el 95% de las empresas tiene menos de 20 empleados, y el 4,8% es mediana empresa. La silvicultura supone, para muchos baserritarras, ingresos complementarios para explotaciones agrarias o ganaderas.
El consumo de madera del País reduce los costes, tanto económicos como medioambientales, que se derivarían de un transporte a larga distancia, y que repercuten en toda la cadena hasta llegar al consumidor final. Se trata de una de las escasas materias primas con las que cuenta el País Vasco, con la particularidad añadida de que nuestro territorio es el único en Europa en el que se cultiva el pino radiata.